viernes, 6 de julio de 2012

Foto borrosa. Artículo de José Vicente Carrasqueño

José Vicente Carrasqueño

lapatilla.com Desde Marzo de este año hemos sido testigos de una guerra de encuestas de baja intensidad. La comunicación política ha hecho de este instrumento de medición de la opinión pública uno de sus ejes centrales. Es como que todo el acontecer social, económico y político del país se pudiera reducir a la única dimensión de la preferencia electoral. Se hace evidente el interés de arropar el elenco de preocupaciones del pueblo con un manto que impida la discusión de los temas fundamentales que afectan sus percepciones y por ende su calidad de vida.

La polarización se hace se puede apreciar hasta en la presentación de las encuestas. El aparato comunicacional del gobierno hace énfasis en aquellas mediciones que le otorgan una gran ventaja al candidato oficialista. Por otra parte, los medios privados y partidos de la oposición promueven aquellas que favorecen al aspirante Capriles. En medio de este contrapunteo comunicacional, el ciudadano se encuentra confundido y no atina a tener una imagen clara de la situación actual.

La gente se plantea preguntas interesantes que vale la pena mencionar. ¿Cómo es que siendo la inseguridad un problema que preocupa a 4 de cada 5 venezolanos se puede decir que la gestión del gobierno es buena? ¿Cómo es que con tantos problemas de abastecimiento que afectan con mayor intensidad a los menos favorecidos puede haber una ventaja de hasta 30 puntos para el candidato del gobierno?

En efecto, la gravedad de los problemas que viven los venezolanos parecieran desaparecer ante la pregunta de por quién se va a votar en las elecciones de Octubre. Frente a la cantidad de números de encuestas, lejos de tener una fotografía nítida de la situación, se tiene una borrosa. Una gráfica que busca destacar el posible resultado electoral por encima de las vicisitudes de quienes al final, con su opinión convertida en voto, deciden el resultado electoral.

El momento que vive Venezuela pareciera no ser propicio para que las encuestas funcionen como adecuado termómetro de medición el ánimo de la población. El estudio sobre valoraciones de la democracia conducido por el Centro Gumilla desde 2009 destaca el miedo que tienen los ciudadanos de hablar de política en la comunidad y que llega a 43% de los encuestados en los sectores C,D y E. Por su parte, ninguna encuestadora está reportando el nivel de rechazo a ser encuestado. Esto pudiera explicar el hallazgo de un grupo de investigadores según el cual las empresas encuestadoras no lograron, salvo por una, acercarse a los resultados de las elecciones legislativas de 2010. La votación no fue sorpresiva, pero sí la diferencia entre los votos reales y los que se podían esperar a partir de los estudios de opinión.

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