domingo, 11 de marzo de 2012

La estrategia de Hugo Chávez. Artículo de Fernando Ochoa Antich




FERNANDO OCHOA ANTICH
eluniversal.com



Hugo Chávez no da puntada sin dedal. Eso hay que saberlo para entender lo que puede ocurrir en la política venezolana. En mi anterior artículo, al definir el escenario futuro más probable, mantuve que "Hugo Chávez se encontraba enfermo de gravedad, pero que detrás de esta realidad se ocultaba una importante maniobra política". La oposición podrá preparar consistentes respuestas si logra interpretar cabalmente los objetivos y prever las posibles acciones de esa maniobra. No dudo que el comando de campaña de Henrique Capriles lo está haciendo. Ha demostrado una importante capacidad. Fue una de las razones de su indiscutible triunfo en las elecciones primarias. Hay también que considerar que la situación que enfrenta el régimen chavista es muy compleja. Los riesgos de una derrota son inmensos. De allí que sea capaz de todo.

Tratemos de analizar los factores que influirán en cualquier estrategia oficialista para determinar sus posibles objetivos y acciones. Esos factores son: Hugo Chávez está enfermo de gravedad, pero insistirá en ser candidato presidencial; la penetración popular del chavismo se encuentra relativamente debilitada, pero aún presenta una inmensa fortaleza; el régimen podrá realizar, sin ningún tipo de límites, todas las acciones, legales e ilegales, que requiera para ganar las elecciones debido al control que tiene sobre los poderes públicos; en sus filas se observa una importante lucha interna, pero sin comprometer el liderazgo de Hugo Chávez; por primera vez, desde el año 2002, el oficialismo tiene que enfrentar a una oposición cohesionada y fortalecida por el surgimiento del sólido liderazgo de Henrique Capriles y la firme unidad que lo respalda.

Esta estrategia tiene varios objetivos perfectamente determinados: ganar las elecciones presidenciales con la candidatura de Hugo Chávez, utilizando la enfermedad para impactar el sentimiento nacional y lograr una sólida mayoría; destruir la imagen de Henrique Capriles, con todo tipo de calumnias; atemorizar y desmoralizar a la oposición con la finalidad de disminuir la presencia de electores el 7 de octubre; asegurar el triunfo mediante un férreo control del sistema electoral; consolidar una campaña a través de los medios de comunicación oficiales que permitan imponer una matriz de opinión que fortalezca la imagen de un gobierno que lucha por la igualdad social y una oposición comprometida con el imperialismo norteamericano y la oligarquía; lograr captar la mayor cantidad de medios financieros para fortalecer los programas sociales...

Transformar estos objetivos en acciones efectivas no le es difícil a un régimen con tanto poder. Veamos tres ejemplos: al día siguiente de las elecciones primarias todos los programas oficialistas estaban dirigidos a desacreditar la imagen de Henrique Capriles y disminuir el impacto de los tres millones de votos. La grotesca pero impactante despedida de Hugo Chávez, el día que viajaba a Cuba, fue una minuciosa operación mediática que buscaba impactar el sentimiento popular y lograr que se olvidara el efecto de las elecciones primarias. Realmente lo lograron. El tema de conversación dejó de ser el éxito de la oposición y volvió a centrarse en la salud presidencial. El reciente ataque a Henrique Capriles, con armas de fuego, durante una caminata de la oposición, realizada en Cotiza, mostró que el chavismo no se detendrá en la utilización de la violencia.

La pregunta a responder es si existe manera de oponerse con éxito a estas acciones para debilitar la estrategia chavista. Estoy convencido que sí. El problema sentimental de la enfermedad sólo se puede enfrentar si se deja de tomar en cuenta. Hay que dejar de hablar de ese tema. Si se mejora bienvenido para derrotarlo electoralmente; si se agrava, es un problema de su familia y de sus amigos. La campaña contra Capriles ha sido enfrentada de una manera acertada y eficiente. Nunca ha respondido un ataque. Dedicarse, como lo está haciendo, a criticar las políticas del gobierno produce tal impacto que, estoy seguro, se va a reflejar en más de una encuesta en los próximos días. Los ataques de grupos de inadaptados a actos de la oposición va a terminar haciendo más daño que bien. Eso obligará a suspenderlo. Así ocurrirá con otras muchas de sus acciones...

La campaña electoral de Hugo Chávez se verá limitada por su estado de salud. Se dedicará a fortalecer un mensaje televisivo de gran impacto a través de sus tradicionales cadenas. Ese mensaje tendrá posiblemente tres orientaciones fundamentales: grandes ofrecimientos dirigidos a los sectores populares, ataques puntuales a Henrique Capriles y a la oposición y permanentes mensajes a la Fuerza Armada. Él tiene que crear la imagen de que cuenta con su apoyo. De allí su reincidencia en violar la Constitución Nacional al señalar que la Fuerza Armada es chavista. Ese camino lo han trillado en Venezuela y en la América Latina más de un dictador. Todos han tenido que enfrentar la misma realidad: el desconocimiento de su autoridad en medio de una crisis. Lo sorprendente es que Hugo Chávez no haya aprendido la lección después del 11 de abril.

fochoaantich@gmail.com

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