domingo, 4 de marzo de 2012

Enfermedad y elecciones. Artículo de Fernando Ochoa Antich



FERNANDO OCHOA ANTICH
eluniversal.com


La enfermedad de Hugo Chávez y su supuesta gravedad tienen totalmente conmocionada a Venezuela. Nadie conoce lo que en realidad ocurre. Es tal el misterio que rodea la información que hasta altos funcionarios del gobierno entran en graves contradicciones. No es fácil de explicar este hecho. Cualquier jefe de Estado, que se somete a una intervención quirúrgica, informa a sus compatriotas sobre la enfermedad detectada por los médicos y el tratamiento a que ha sido sometido. Esta forma de actuar del régimen chavista tiene que tener alguna explicación. No es fácil determinarla con precisión. Lo que sí es cierto es que existen todo tipo de rumores: Unos la niegan tajantemente; otros la aceptan, pero dudan de su gravedad; los más reconocen que es verdad, pero están convencidos de que oculta una importante maniobra política.

Yo también estoy confundido. No tengo certeza de lo que ocurre. Entre las tres posiciones anteriores, me parece más creíble la última. Hugo Chávez tiene cáncer. Lo difícil es determinar su gravedad. A mi criterio es la razón del secreto. El conoce perfectamente, que si los venezolanos, que aún lo respaldan, se convencen de que su vida está realmente amenazada surgiría un verdadero terremoto. En la dirigencia empezaría una lucha sin cuartel. En el PSUV no existe un liderazgo establecido ni se respeta ninguna jerarquía. La importancia la establece la voluntad omnímoda de Hugo Chávez. El la adapta a su particular criterio e interés. No importan los méritos revolucionarios. Recientemente, modificó esa jerarquía: fortaleció a Diosdado Cabello y debilitó a Nicolás Maduro y a Elías Jaua. La militancia, ya suficientemente decepcionada, entraría en desbandada.

El problema se hace inmanejable por la cercanía de las elecciones. No queda mucho tiempo para el 7 de octubre y el éxito que obtuvo la oposición, en las elecciones primarias, al obtener tres millones de votos, escoger un excelente candidato, Henrique Capriles, y mantener la unidad de la oposición demuestra que los abusos de poder, a que nos tiene acostumbrado el chavismo, no serán suficientes para ganar estas elecciones. En estos días di una conferencia, en la cual desarrollé los escenarios electorales y la influencia de la enfermedad de Hugo Chávez, como factor determinante. En base a mi experiencia personal, desarrollé cuatro escenarios: dos, en los cuales gana con facilidad la oposición o el chavismo y dos en donde se triunfa con un resultado muy cerrado. Estoy convencido que los únicos posibles son estos dos últimos escenarios.

Eso quiere decir que la elección presidencial del 7 de octubre será una dura competencia en la que difícilmente puede preverse el resultado. Ese es justamente el desespero. Ese escenario de impredecible resultado considera a Hugo Chávez como candidato, en plenas condiciones físicas y mentales. Si observamos su comportamiento, en estos últimos meses, nos damos cuenta que su campaña electoral, que comenzó ya hace mucho tiempo, se basó fundamentalmente en convencer a los venezolanos y en particular a sus partidarios de que su salud se encontraba completamente recuperada. Ese objetivo es tan importante que no le importó manipular el sentimiento religioso venezolano para crear la imagen de que había existido un milagro. El segundo tumor destruyó las mentiras y el esfuerzo de tantos meses. En conclusión una verdadera catástrofe.

Creo que sus asesores, al conocerse la noticia de una nueva y delicada intervención, decidieron mantener en secreto la nueva operación para no afectar el impacto logrado en la opinión pública que lo presentaba en pleno proceso de recuperación. Los permanentes rumores lo impidieron. Ante esta realidad, decidieron preparar el show de la despedida. Creyeron que de esta manera podrían impactar, de una manera importante, el sentimiento de lástima en sus partidarios. De allí el esfuerzo comunicacional que se hizo. Si mis lectores recuerdan, aquellos que tuvieron la paciencia de escuchar la interminable cadena, los entrevistados habían sido preparados minuciosamente. Todos enviaban el mismo mensaje: "Hugo Chávez recuperará su salud. Dios lo ayudará"...

Al analizar la enfermedad de Hugo Chávez y sus consecuencias debemos prever tres escenarios posibles: su plena recuperación; el agravamiento de su salud; su muerte antes del proceso electoral. Imaginarse el escenario de su plena recuperación es una ilusión. La nueva operación lo ha descartado totalmente. Lo más que podría pensarse es una lenta mejoría de su salud. Lo que sí queda claro, porque ya existe, es el inmenso vacío de poder que se está creando. Hugo Chávez no puede seguir engañando al pueblo venezolano. Sencillamente, él ya no gobierna. Esta complicada situación obliga a hacerse una pregunta: ¿Dónde está el centro del poder? Sin duda, en la Fuerza Armada. Su mayoría institucional no debe tener duda: el 7 de octubre hay elecciones. Ese cronograma debe cumplirse plenamente. Es la garantía de la estabilidad nacional.

fochoaantich@gmai.com

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